A veces, las tranquilas playas ocultan los secretos más oscuros. Este es uno de esos casos. Hoy, en Crónicas de Los Ecos Perdidos, exploramos el misterio que ha atormentado a la costa de Long Island durante más de una década. Un asesino metódico, oculto a plena vista, cazó a sus víctimas y las abandonó a lo largo de la desierta Gilgo Beach. Durante años, sus crímenes permanecieron sin respuesta… hasta que una investigación implacable, un trozo de pizza y un teléfono desechable cambiaron el rumbo de la historia. Este es el caso de Rex Heuermann, conocido como el asesino de Long Island.
El asesino de Long Island
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